Las piezas musicales que aparecen en Futur Noir encarnan la unión de las ecuaciones más irresolubles que se han podido suceder en el propio movimiento afrofuturista; introducen un nuevo entretenimiento accesible y con ese punto trasgresor que siempre funciona. Los sonidos flotan en el espacio: brutos, analíticos y estúpidos. Trato de exprimir e investigar la electrónica experimental en la comunidad negra. Así pues, Los valientes duermen solos, reúne en eso que podríamos llamar siguiendo a Bataille una «comunidad sin comunidad», preserva lo singular de cada uno, a lo que hace imposible la reapropiación en un corpus o escuela. Pues bien, esto es para Los valientes duermen solos la experiencia no sólo de una deconstrucción sino del arte en general.
Me sumerjo en la tarea de buscar el enfoque adecuado. Más allá de sus defectos se encuentra aquella generación de autores que destilaban aromas de una orfebrería, de una generación que equivale a un rabioso manifiesto creativo, y que asombró, trastornó y expandió nuestra sociedad al realismo de pedir lo imposible. En 1944, Erroll Garner fue grabado tocando solo o para sus colegas, en cualquiera de las dos situaciones liberado de la presión de tener que complacer a un público o al dueño del club. Overture to Dawn (Obertura para el amanecer) muestran su verdadera genialidad autodidacta, sin rastros de esa necesidad de impresionar que parecía oprimirle. La música se siente relajada, expansiva, lúdica. Los discos de acetato permitían que la duración de cada pieza se extendiera hasta más de diez minutos. Para los parámetros de la época, esto liberó a la imaginación improvisadora de Garner tanto o más de las restricciones temporales que de los imperativos comerciales. Posteriormente estas sesiones fueron editadas por Blue Note en 1953: Timme Rosenkrantz en sus preciosos discos de acetato en 1944 se acerca más a lo que hoy consideraríamos como improvisación libre experimental.
Me parece que lo que estaban haciendo era muy avanzado para la época, muy abierto. Había una línea. Detrás de ella se abría lo desconocido, donde libre era sinónimo de renunciar a ganar dinero. Quienes seguían atrapados en ese sueño de libertad tuvieron tres opciones: retroceder, abrirse lateralmente hacia algo menos vertiginoso o cruzarla. Me resulta más por qué aquella experiencia con Sun Ra Trío tuvo un impacto tan profundo y duradero en aquel Chicago de 1948 y 1949. Según el biógrafo John F. Szwed, Ra acababa de adquirir una grabadora Ampex de cinta de papel. El batería Tommy «Bugs»Hunter tocó con escobillas sobre una guía telefónica, Ra tocó el piano con una mano y con la otra un órgano Hammond Solovox cuyas notas monofónicas de sonoridad similar a la de théremin ofrecieron un nerviosismo contrapunto estratosférico al violín de Stuff Smith.
A mí me gusta la obra menos perfecta, menos estudiada, en la que te has volcado totalmente. Con la edad adulta decía un poeta simbolista galo que: “el niño abdica de su éxtasis”. Miles Davis se quedó en la banda sonora de mi infancia, siempre gobernaba la atmósfera del taller de mi padre. Mi primera lección fue la denominada luz frontal lateral: la luz llega al modelo de frente, quedando las sombras prácticamente ocultas detrás del mismo. El volumen y la sensación de profundidad quedan poco acentuados. Los cuerpos destacan principalmente por su color propio. Y las doce fotografías del rostro de Miles, en la escala de grises, que aparecen en el interior del álbum de Miles Davis, Live-eviL, se convirtieron en el ejercicio más completo. Mi padre me indicaba como la imagen de Miles se dibuja y desdibuja, envolviendo la forma, tanto como su música. La atmósfera, el aire, la profundidad.
“El color. Primero obtengo el color. Después improviso todo lo demás. Trabajo con el subconsciente, como en la música.” Son las propias palabras de Miles, sobre sus famosos cuadros en la exposición de Munich, una pintura inspirada en la obra de Basquiat, fruto de su conexión a través de Jo Gelbard. Miles no quiere hablar de música, quiere hablar de otras cosas. Y aquí, en este escrito, sucede un poco lo mismo, en cada dibujo, en cada redacción, lo que intenta estar, por más simple que sea, es todo lo que yo he aprendido hasta ese momento.
Con sede en Hull (Reino Unido), MBW es un artista audiovisual multidisciplinario y un liante, originario de Bristol y de herencia jamaicana, sus colaboraciones artísticas a largo plazo se transmiten en las intersecciones de instalaciones cinematográficas de experiencia inmersiva y acciones / actuaciones provocativas. Sus actividades artísticas colaborativas formulan elocuentemente preguntas contundentes, relevantes y significativas que abordan el sufragio humano, el racismo, la explotación de género, la injusticia, el control y la hipernormalización de la humanidad.
LAS VIDAS NEGRAS IMPORTAN
FUTUR NOIR
Un Moderno Original
Archivar como: Tipografía, Realizador de documentales, Guerrilla TV, Radiodifusión, Performance Film, Teatro Immersivo, Spoken Word, Paseos e Intervención Callejera. Puedes repasar el archivo de programas de radio Doodlebug Nuggets de MBWaquí
MVW
Esta segunda serie Futur Noir, comisariada por Michael Barnes Wynters (MBW), presenta el universo Futur Noir definitivo del artista, (des) compositor y autodidacta Michael Valentine West (MVW).
MVW utiliza técnicas aprendidas de varias disciplinas musicales como minimalismo, ambient, glitch, hip hop, jazz, post-clásico y diseño de sonido.
Michael también ha lanzado álbumes y EP bajo diversas formas: Twiggy y los K-Mesons, Suck Susan, Lower Third, Mikimo Sosumi y Anal Teens.
FUTUR NOIR
También ha escrito y compuesto bandas sonoras para varios cortometrajes independientes.
Su trabajo ha sido lanzado con elogios de la crítica en sellos como Subcontinental Records, Minus Listens, Daddy Tank, Bedroom Research, KaerëUiks, Ana Ott, Irrational Media Society, uvg212, Section 27, Abstrakt Reflections y Future Disorder.
Actualmente reside en Reino Unido. Él es de herencia jamaicana Tiene una perra llamada Lola.
PAUL D. MILLER
Esta tercera serie Futur Noir, comisariada por Michael Barnes-Wynters (MBW) presenta una selección de la extensa obra del compositor, artista conceptual y escritor, Paul D. Miller aka DJ Spooky > That Subliminal Kid.
FUTUR NOIR
Miller se le describe como un Einstein con mejor corte de pelo, un Tolstoi negro y callejero, un hombre del renacimiento para la era digital obsesionado con el arte, la información y la tecnología digital. Podría decirse que nadie es más responsable de propagar y encarnar la idea del DJ como «artista» que DJ Spooky, cuyos ambiciosos, elaborados y a menudo hipnóticos paisajes sonoros han destacado tanto por su imaginación como por su intelectualismo posmoderno.
Selección musical bloques 1, 2*, 3 y 4 por: Los Valientes Duermen Solos Selección musical bloques 5, 6, 7, 8, 13, 14, 15 y 16 por: MBW. Comisariado por MBW presenta el universo de Michael Valentine West (MVW) en los bloques 9, 10, 11 y 12.